domingo, 10 de mayo de 2015

LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE

Esta vez, he necesitado unos días para sentarme a escribir sobre las nuevas noticias referentes a cómo está la bolita. Quiero dar las gracias a todos los que habéis mostrado vuestra preocupación y me habéis ofrecido vuestro apoyo, gracias por ser tan respetuosos y por tantos mensajes de ánimo. Sé que no es fácil saber qué decir ante situaciones así, a mí también me cuesta encontrar las palabras adecuadas. Muchísimas gracias.

Ya os conté que nos derivaron a un especialista y que el miércoles teníamos hora (nos visitaron en el hospital Taulí de Sabadell). Aunque de entrada una semana me pareció una eternidad, conforme pasaban los días me relajé un poco y lo que no quería era que llegase el miércoles y volver a tener malas noticias. En lo más profundo de mí, un optimismo infundado me decía que podía ser algo fácil de solucionar.

Me hicieron de nuevo una ecografía, en la que un médico valoró especialmente el estado del corazón, y comprobó que el resto de parámetros estuviesen bien. Después vino a la consulta una cardióloga especialista en recién nacidos, con la que contrastó algunas opiniones, ella fue quién se sentó a hablar con nosotros y nos explicó con mucho tacto pero claramente lo que había. En esos momentos se esfumaron todas las esperanzas de que fuese un susto, a partir de entonces hemos tenido que asumir que nos enfrentamos a un problema. 

La doctora nos informó de la nueva situación y que de ahora en adelante todo lo que me tuviesen que hacer sería en otro hospital, en Vall d'Hebron (Barcelona), y nos comunicó que allí nos vería una cardióloga fetal, la especialista que se ajusta a nuestras necesidades, al día siguiente.

El jueves a primera hora me realizaron la prueba de la amniocentesis en el Taulí y de allí nos fuimos al Vall d'Hebron para la visita. La doctora fue muy agradable, había bastantes personas en la consulta y nos las presentaron a todas, me sentí muy arropada y muy cómoda. Por un momento pensé que todo iría bien.

La explicación de la doctora vino a corroborar la que nos habían dado el día anterior, hay un hemisferio del corazón que no se desarrolla por culpa de una válvula casi cerrada y, lo más importante, hay que hacer algo ya. Es una cardiopatía moderada, matizó.

Nos planteó todas las opciones, con sus pros y sus contras, y nos explicó que en el plazo que tardan en llegar los resultados de la amniocentesis (aprox. 10 días) deberíamos tomar una decisión. Nos ofreció la posibilidad de llamarla o de hablar con ella de nuevo en el hospital si lo necesitábamos, nos aconsejó que nos tomásemos nuestro tiempo y que confiásemos en que, fuese la que fuese, nuestra opción sería la correcta.

Cuando salí de la sala me vino un dolor de cabeza terrible, no podía pensar en nada. Por suerte, gracias a la amniocentesis, he tenido dos días de reposo, porque no me sentía con fuerzas de ir a trabajar. Aunque mi mal es anímico, he estado somatizando tanta tensión en dolor de estómago, de cabeza y malestar corporal. Nadie te prepara para algo así, el miércoles después de la visita y las explicaciones de la cardióloga tuve que hacerme fuerte e ir a trabajar y cuesta estar al 100% cuando por dentro te sientes destrozada...

Ahora ya he recuperado fuerzas y energía para plantar cara a lo que venga, no nos queremos precipitar, por eso no he querido hablar de las opciones hasta que tomemos una decisión, la decisión más importante que hemos tomado nunca. Y será la que creamos mejor para la niña, nuestra bolita, a quién la cardióloga llamó "pulga traviesa" :)

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