¡Ya estamos en casa! Abandonamos así una etapa, la de la UCIN, los controles diarios, los monitores detectando cualquier anomalía, los profesionales orientándonos en todo momento, los encuentros con otros papás, las visitas restringidas, etc. Y nos enfrentamos al día a día con nuestra pequeña Juno llenos de entusiasmo por tenerla a todas horas y tener por fin la intimidad de la que hasta ahora no habíamos podido disfrutar.
Me doy cuenta de que necesitaba esta intimidad, estar con ella sin miradas ajenas, sin hacer nada especial, equivocarme sin miedo... Me gusta estar con ella a solas, a pesar de que quiero que la familia y los amigos la disfruten tanto como nosotros, tengo un punto egoísta que hace que me la quedaría solo para mí, bueno y le daría un cachito a Miguel ;)
Os presento a Juno
¡Por fin nos la llevamos a casa! Salí del hospital con ella envuelta en una muselina como si la hubiese robado, desconcertada de que hubiese llegado el día. Sucede a veces, cuando esperas algo con mucha ilusión, que cuando llega el momento te sientes un poco rara... algo así sentí yo al salir por la puerta con la bolita, como un caramelo, bien envuelta en su primera toma de contacto con el mundo exterior.
Los primeros días en casa, pendientes de que se sintiese a gusto y sin cansarnos de mirarla. La pusimos en su moisés con el sistema que usaban en la clínica para que se sintiese protegida y nos dimos cuenta de que estaba la mar de bien en casa.
Pronto fue cogiendo confianza y reclamando su espacio.
Os quiero enseñar regalitos que le han hecho, tiendas que he descubierto y hablaros de muchos otros temas que voy dejando pendientes, pero hoy solo me paso por aquí porque os debía alguna foto de Juno, ahora ya le podéis poner cara :) Y no, aún no se parece a nadie, tiene cara de bebé, de Juno, jejjee!! ¡Cómo les gusta a la familia el tema de los parecidos!, ¡¿y qué más da?!
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