domingo, 25 de febrero de 2018

VA DE PELIS, LAS ADORADAS Y LAS ANSIADAS

Anoche no hubo suerte con la película. Lo sé, somos unos raros, no tenemos Netflix, aunque vamos a tener y no lo digo muy contenta. No quiero tele. He cedido porque lo que más me gusta de la tele ahora mismo es rebuscar documentales en A la carta de la 2, así que sí Netflix tiene cosas buenas que ofrecer para los pocos ratos que enciendo el televisor, no seré tan radical, va...


Tengo muchas ganas de ver Verano 1993, Capitán Fantástico, Los Tenembaums y Lady Bird. Juno se llama así, no por la diosa ni la historia del río Sil, sino porque me enamoró la película protagonizada por Ellen Page y Michael Cera (aunque me sobró una Jennifer Gardner para mi gusto sobreactuada). Me conquistó el sofá de ante marrón en plena calle, el look deportivo de Cera con sus adorables calcetines blancos con rayas amarillas, la seguridad en sí misma que desprendía el personaje protagonista. Y lo que más más más, la estética en el modo de presentar el paso de las estaciones, esa pista de atletismo... ya véis, soy de detalles.




Ayer le recomendaba a mi hermana algunas de las películas que vería una y otra vez, que son como parte de la familia, de esas que no sabes hasta que punto son estupendas o es que las quieres tanto que no puedes verles ningún defecto. Le decía, no me digas que aún no has visto "Herois" de Pau Feixas y Albert Espinosa, es la película de mis veranos de niña, es imprescindible!! O, tienes que ver ya "Pequeña Miss Sunshine", es divertida, tiene ingenio, las actuaciones de absolutamente todos son impecables... Y Pirate Radio, tiene la mejor BSO de la historia del cine jajajaj (¡qué exagerada soy, lo sé!), Miguel me regaló el DVD un cumpleaños de hace tiempo, es mi película.

El peligro de recomendar es puramente emocional, que alguien te diga que la película que le has sugerido y alabado, con la ilusión de quien enseña su hijo recién nacido a su mejor amiga, le ha dejado indiferente es un golpe muy duro! 




Por cierto, ya que estamos, ¿me recomendais alguna? 

Quiero añadir algunos títulos más a mi lista de pendientes ;) Hace un rato revisaba en el catálogo de la biblioteca algunos de los que os comentaba al principio y en las bibliotecas de mi zona solo tienen Capitán Fantástico, algo es algo, espero verla pronto y que esté a la altura de mis expectativas!

Feliz domingo, y si podéis, ¡qué os dé el solecito!

sábado, 24 de febrero de 2018

LECTURAS: ÍNTIMA, FRIKY Y POR DESCUBRIR.


La entrada de hoy va de libros, y voy a empezar con una cita del libro que acabo de comprar en Rosa Sensat, aprovechando un encuentro con mi grupo de trabajo Reggio. Iba con la idea de comprar un nuevo libro sobre documentación, porque es el tema que nos tiene ocupados desde el año pasado, pero Vero me ha recomendado a Meirieu y me fío totalmente de su criterio. Ya sabéis que me gusta mucho que me recomienden libros!

"Dicen que las nuevas generaciones serán difíciles de gobernar. Así lo espero". 
Alain (Propos, 1932) a 
Pedagogía: el deber de resistir (Meirieu, 2009). 

Estoy en la fase de descubrimiento del libro: de leer la dedicatoria, la contraportada, de dejar constancia de la fecha y el contexto en el que lo compré, de forrarlo para que sobreviva a muchas manos y lecturas...

"No queremos ni una huida adelante hacia una sociedad pulsional, ni un retorno hacia un pasado que no tenía nada de edad de oro".

Aprovecho y comparto otras lecturas: mi adorada Minúscula sigue encantándome y enganchándome con obras intimistas, de aparente sencillez pero gran trasfondo humano, y con esa capacidad de susurrar las frases, de dejarte ser cómplice de la cotidianidad de unos personajes reales y cercanos. Cada vez que empiezo una lectura es como abrir un regalo envuelto con la técnica tradicional japonesa del furoshiki: simple aunque precioso, sobrio y a la vez tierno, porque imaginas unas manos cuidadosas anudando los picos sobre el paquete que vas a abrir con la ilusión de recibir algo muy personal.

Un altar per la mare 
Ferdinando Camon (1935, Itàlia)
Editorial Minúscula. Microclimes, 7
Barcelona



Es una joya. Un homenaje en forma de libro para recordar a la madre muerta, que no es una madre idealizada, sino una mujer desgastada por la vida de trabajo duro en el campo, que anda un poco encorvada e irremediablemente, tiene la piel áspera. No parece ser alguien excepcional, aunque la manera de rendirle homenaje y hacer que su presencia y su recuerdo perduren sí lo es. Lo maravilloso de este libro es la modestia sincera que desprende.

"Jo pensava en ma mare, i trobava escaient que el taüt onegés: ma mare mai no havia caminat dreta, sempre estava més aviat cansada, parlava poc mentre treballava i de tant en tant ho deixava per anar a seure sota les vinyes, a l'ombra, sense piular, acotant el cap". 

"Vaig mirar mon germà, ara ja lluny, al fosn del camp, que seguia cavant, i la seva esquena doblegada em va colpir com una revelació: era l'esquena de la mare.
Vaig pensar: <<Ell és la mare.>> En aquest pensament hio havia dolor".

Y mi lado friky: el otro día vi en la biblioteca Carmen de Mairena. Una biografía, de Carlota Juncosa, y me llamó la atención, no porque conozca demasiado al personaje, casi nada, de hecho, es porque sé que vivía o vive (lo siento, no me ha quedado muy claro si está viva aún) en una calle del Raval y la vida ravalera sí que me intriga. Y que esté ilustrado en viñetas, también.



"No puedo evitar que me guste cuando se pone creidilla. Sé que no hay ningún tipo de ironía en lo que dice, es vanidad pura, le encanta aparentar, aunque sea en la cama del hospital y sin peluca. Se regodea del éxito que va a tener un libro que ni siquiera ha leído."

El libro te deja un poco choff, aunque en realidad es entretenido y me ha interesado averiguar cómo en una misma ciudad se puede vivir de un modo tan distinto. Ha sido como ver una versión cutre de una peli de Almodóvar. El ambiente que describe es deprimente y el personaje tampoco está en una situación muy ventajosa, es como esa risa que acaba en llanto. 

Qué más, qué más... Ah, este verano repetiremos Japón, ¡¡ya tenemos los vuelos!! Así que solo nos falta ir organizando el viaje, y nos gusta hacerlo con tiempo para no perdernos nada y sacarle el máximo partido. Este va a ser muy distinto del anterior, eso seguro, queremos adecuarlo para disfrutarlo con Juno, así que será bastante más slow.

Y termino ya esta entrada exprés, porque esta noche cenamos pizza en familia, y con un poco de suerte veremos una buena película :)

viernes, 23 de febrero de 2018

¿EN LOS ESPACIOS INFANTILES SE RESPETA A LA INFANCIA?

¡Buenas noches!

Estaba a punto de acostarme sin escribir, pero sé que me voy a quedar más tranquila si vierto los pensamientos que me están dando vueltas por aquí. Hoy la cosa va de comportarse adecuadamente en lugares públicos destinados a niños y niñas... No, mejor si digo que va del disgusto innecesario que nos hemos llevado, Juno por ser una niña muy expresiva y yo por ser una madre demasiado precavida.




Antes, os comento una escena que tuvo lugar la semana pasada un día que fui a la biblioteca con Juno:

Era bastante pronto y la sala de infantil estaba vacía. Nos sentamos en las colchonetas del medio y Juno me iba trayendo álbumes para que se los explicase. Hice un repaso visual por la estancia y en una de las paredes llamaban la atención las prohibiciones para el buen uso del espacio: bien grande y en forma de pictograma dejaba bien claro que se tenía que permanecer en silencio, que no se debía usar el móvil y que no se podía comer ni beber nada.

Aún estando sola respeté todas las normas: le leí bajito a Juno, no saqué el móvil (guardado en el bolso en silencio) ni para mirar la hora y paramos antes a comer un bocadillo sospechando que allí no podríamos hacerlo. Estuvimos un rato en paz y armonía, hasta que llegó una señora con su nieta. Una señora no muy mayor, lo aclaro porque pienso que hay que ser flexible con las personas y tampoco me apetece ir de tiquismiquis, aunque a veces me pueden resultar molestos comportamientos ajenos que a otra persona quizás no le importen y me aguanto.

El caso es que, nada más llegar, la niña se vino hacía donde estábamos nosotras y cogió un cuento, que tiró en la colchoneta, después otro y otro, hasta cuatro. Pero eso es totalmente normal. Lo que no lo es tanto, es que en cuanto puso un pie en la sala a la señora le sonó el móvil, y con toda naturalidad del mundo, contestó y mantuvo la conversación más pública y larga que he presenciado jamás en una biblioteca. Habló en un tono tan alto, que incluso un rato que salí fuera, se oía todo lo que hablaba estando lejos, y allí nadie se acercó a decirle nada a la buena señora. Me enteré de intimidades que no me interesaba nada, nada, saber. Y sin forzar el final, le faltaban el café y las pastas, la llamada acabó después de 20-25 minutos. 

Entonces le dio por querer hacerle fotos a la nieta, y con ese propósito la iba persiguiendo, móvil en mano, pidiéndole que hiciera distintas cosas. Pensé: venga dos de tres, solo le falta sacar la merienda... ¡¿Cómo lo sabes?! ¡Lo hizo! La niña merendó en la biblio. Y en todo ese tiempo, charla, fotos y merienda, nadie se acercó a la sala. Debo suponer que desde la otra sala no se acababa de ver ni oír lo que yo estaba presenciando. 

Todo queda en una anécdota, no pasa nada. Si no llega a ser por lo de hoy ni lo menciono en el blog. No estaba estudiando para un exámen, podíamos lidiar con el ruido de nuestras nuevas compañeras. Es cierto que, comentando el hecho con Miguel, recordé la cantidad de veces que los familiares hablan por teléfono en el espacio infantil de la biblioteca, o simplemente hablan entre sí muy alto, como si estuvieran en el parque.

HOY
Esta tarde, con el frío y la excusa de devolver unos libros, hemos ido a la biblioteca, Juno y yo. He intentado no entrar en la salita de prelectores, porque no es la que más me entusiasma de esta biblioteca, pero Juno quería ir a todas todas y he cedido. Estaba muy llena de adultos y niños, y la bibliotecaria sentada en la mesa de despacho que hay situada en un extremo de la sala. 

Nos hemos sentado en la colchoneta central y Juno a cogido un cuento que le he leído muy bajito, aunque había tanto barullo, de adultos hablando, sobretodo, que me daba la sensación de que no me oía. Entonces a ella le ha dado por hacer como quien lee y decir "el lleó no fa por" (el león no da miedo). Como lo ha dicho en alto, enseguida le he advertido que hablase flojito, pero lo ha vuelto a repetir en alto (no gritando, que también le gusta, suficientemente alto como para no ser apropiado, aunque no tanto como para molestar) así que yo me he puesto más seria y le he indicado que se callara tratando de no hablar para no generar más ruido. De inmediato teníamos a la bibliotecaria llamándonos la atención : se ha levantado y ha venido directa a pedirnos silencio. Yo he mirado a Juno reforzando la alerta de esta porque veo bien que procure mantener un ambiente relajado y que se acerque a decirle que no hable alto, pero la coletilla: "ya se sabe que con niños de esta edad cuesta" me ha hecho pensar... ¡Pues claro que cuesta!, no están preparados para estar tanto tiempo en silencio, de hecho ninguno allí estaba en silencio, y algunos incluso corrían.

Al poco rato, Juno ha vuelto a hablar, pero esta vez más bajo, dejándome más tranquila porque daba a entender que había decidido aplicar lo de bajar el volúmen de voz. En eso que de nuevo nos llama la atención la bibliotecaria y nos mira visiblemente molesta. Tras dudarlo apenas un minuto, he pensado que para estar en tensión mejor irnos cuanto antes; pero a Juno no le apetecía en absoluto irnos a los 5 minutos de haber llegado y se ha puesto a correr para no tener que irse, luego a hablado fuerte... ha empezado a hacer, ahora sí, lo que no se debe hacer en una biblioteca.

El tiempo de conseguir recogerlo todo, cogerla a ella y salir, ha sido muy desagradable, por la mirada expectante de todos los adultos de la sala. 

Juno, cuando se ha visto sacada de allí en brazos, ha empezado a llorar, y al pedirle que se callara, más lloraba... Salir ha supuesto un disgusto para ella y para mí, yo no atinaba a coger la llave de la taquilla, ni abrirla, ni nada. Al hacer tanto frío, no podía sacarla sin abrigo para que le diese un poco el aire y entrar más tarde a acabar de recoger nuestras cosas... 

En fin, me he enfadado con Juno, me he enfadado conmigo... La he tratado mal, porque ella tampoco estaba haciendo nada tan malo como para el disgusto que se ha llevado por irnos de la manera en que nos hemos ido... He estado un rato después en el parque y me he acabado enfadando con la situación, con la presión que a veces puedes llegar a sentir por ir con un niño que llora o grita según a qué lugares. Te dicen aquello de "hay sitios a los que no hay que ir con niños". Pues a mí, que no me ha pasado nunca, me ha tenido que pasar en el espacio infantil de la biblioteca. Que si quieren, en vez de niños llevamos robots, que no hablan. Tal vez deberían reprimir más según que conducta adulta consciente y ser más tolerantes en función de la edad. Pero esta es solo mi opinión, ¡claro!


Llevo días queriendo escribir  sin pasar de borradores que seguramente jamás verán la luz, ¡y acabo escribiendo una protesta! Me sabe mal, no me gusta quejarme, pero de algún modo tenía que sacarlo, por pura terapia emocional ;)

martes, 13 de febrero de 2018

TALLER-ESPACIO DE REFLEXIÓN: EL PAPEL DEL ADULTO

Una noticia para mí importante y que tenía muchas ganas de compartir por aquí: en abril formaré parte de la escuela de invierno (bueno invierno invierno...) de Rosa Sensat. He preparado un curso-taller de dos tardes al que he titulado: ¿Cómo actúa el adulto hacia el niño y la niña a quien llama "competente"?


¿Nos vemos en abril?
Vestíbul Assoc. de Mestres Rosa Sensat (Drassanes)
Ahora os explico ampliamente cuál es el propósito tras el enunciado. Os decía que es muy importante para mí, primero porque me han dado total libertad para elegir tema y he querido centrarme en el papel que desempeñamos maestras y maestros

En segundo lugar, porque pongo el foco en algo que nos deberíamos replantear más a menudo, porque no es en el único ámbito en el que los seres humanos tendemos a distar, la diferencia entre la teoría, lo que decimos que hacemos, y la práctica, lo que realmente hacemos.

Y por último, porque esta vez no me pongo sola frente a un grupo que ya me viene dado, sino que finalmente el taller se realizará si se apunta suficiente gente. Es una responsabilidad añadida: que le apetezca participar a bastantes personas, y que quién le dedique su tiempo, esfuerzo y dinero, sienta que se han cumplido sus expectativas (ahora me paso el dorso de la mano por la frente).

Vaya, que a quién le interese que se apunte, que no espere que se lo cuente por aquí (esta vez ;)). Y ahora sí, una breve explicación de lo que os podéis encontrar si os decidís:

¿Cómo actúa el adulto hacia el niño y la niña a quien llama "competente"?

Lunes 9 de abril y lunes 16 de abril de 2018
Lugar: Assoc. de Mestres Rosa Sensat 
(Av. de les Drassanes, 3, 08001 Barcelona)

Para inscribirse al curso: web Rosa Sensat

El objetivo principal del taller es crear un espacio de reflexión grupal donde repensar los diversos aspectos que intervienen en el acto comunicativo entre el adulto y el/la niño/a. Un espacio donde compartir opiniones y experiencias, donde escuchar y ser escuchado, donde poder expresar sensaciones, dudas e inquietudes, haciendo autocrítica pero sin juzgar ni sentirse juzgado, con el propósito de dejarse sacudir y remover, para que Todo en definitiva suponga un punto de partida hacia una mejora personal y profesional.

Escuchar, observar y reflexionar como base de esta comunicación

"El adulto no debe salir de su rol, sino que lo ha de replantear, mirando de pasar de transmisor a cocreador de cultura y de saberes, aceptando con coherencia la vulnerabilidad del propio rol, al lado de las dudas, errores y curiosidades". (C. Rinaldi en Com escoltar els infants? D. Altimir).

Reflexionamos sobre conceptos básicos que deben replantearse y revisarse. Como la concepción de infancia, el papel del/de la educador/a y el papel de la escuela.

Este taller pretende ser vivencial y dinámico, aprovechar la sinergia que se genere con las voces de todos los participantes, y dar valor a la pregunta, más que intentar encontrar respuestas. Para conseguir estos hitos se realizarán dinámicas y técnicas grupales, lecturas de artículos o párrafos de libros, debates sobre aspectos teóricos y prácticos, etc. Con la intención de construir conocimiento de forma conjunta y continuar cuestionándonos nuestro papel como maestras/os.

Objectivos del taller:

- Reflexionar conjuntamente sobre el papel del adulto en la relación con los niños y niñas.

- Repensar la propia práctica docente en la comunicación con los niños y niñas.

- Cuestionar si la práctica (lo que hacemos) es coherente con la teoría (lo que decimos que hacemos).

¡Muchas gracias por estar ahí!

El original:

Com actua l’adult envers l’infant a qui diu competent?

L’objectiu principal del taller és crear un espai de reflexió grupal on repensar els diversos aspectes que intervenen en l’acte comunicatiu entre l’adult i l’infant. Un espai on compartir opinions i experiències, on escoltar i ser escoltat, on poder expressar sensacions, dubtes i neguits, tot fent autocrítica però sense jutjar ni sentir-se jutjat, amb el propòsit de deixar-se sacsejar i remoure, perquè tot plegat esdevingui un punt de partida cap a una millora personal i professional.

Escoltar, observar y reflexionar com a base d’aquesta comunicació.

“L’adult no ha de sortir del seu rol, sinó que l’ha de replantejar, mirant de passar de transmissor a cocreador de cultura i de sabers, acceptant amb coherència la vulnerabilitat del propi rol, al costat dels dubtes, errors i curiositats.” (C. Rinaldi a Com escoltar els infants? D. Altimir).

Reflexionem sobre conceptes bàsics que cal replantejar-se i revisar. Com la concepció d’infant, el paper de l’educador i el paper de l’escola.

Aquest taller pretén ser vivencial i dinàmic, aprofitar la sinèrgia que es generi amb les veus de tots i totes els i les participants, i donar valor a la pregunta, més que no pas intentar trobar respostes. Per aconseguir aquestes fites es realitzaran dinàmiques i tècniques grupals, lectures d’articles o paràgrafs de llibres, debats entorn aspectes teòrics i pràctics, etc. Amb la intenció de construir coneixement de forma conjunta i continuar qüestionant-nos el nostre paper com a  mestres.

Objectius del taller:

Reflexionar conjuntament sobre el paper de l’adult en la relació amb l’infant.

Repensar la pròpia pràctica docent en la comunicació amb l’infant.

Qüestionar si la pràctica (allò què fem) és coherent amb la teoria (allò que diem que fem).

sábado, 10 de febrero de 2018

BAJA POR VIRUS MALIGNO

Con los brazos de la fiebre
que aún abarcan mi frente
lo he pensado mejor.
Y desataré las serpientes de la vanidad.
El paraíso es escuchar,
el miedo es un ladrón
al que no guardo rencor
y el dolor es un ensayo de la muerte.

En la piel de una gota
mis alas volvieron rotas.
Y entre otras cosas
ya no escriven con tinta de luz.

En brazos de la fiebre 
(1995, Avalancha)
Héroes de Silencio

Pequeña sanadora de grandes males
Soy muy mala enferma. Aún sin poder ni levantarme de la cama (sin caer mareada) quisiera hacer cosas. Mi eterno problema: querer hacer sin parar. Dice Miguel que eso me va a matar, bien bien así no lo dice, tiene una explicación bastante larga y ahora no me veo con fuerzas de entrar en eso.

Si algo tiene la fiebre es que me hace soñar cosas absurdas y eso al menos me divierte. El primer sueño que recuerdo fue de después de dos días a base de suero y sin probar bocado. Soñé que un familiar venía a visitarme y me traía muchas cajas de cereales de desayuno, ¡y recuerdo exactamente cuales eran! Choco Krispies, Corn Flakes, Miel Pops, Golden Grahams, bueno y otras que, por lo visto, ya he olvidado. Los sueños o los escribes de inmediato o se esfuman de nuevo sin previo aviso. 

Me encanta lo que sucede en mi cabeza cuando la parte lógica y racional baja la guardia y se deja seducir por el loco inconsciente, ¡ay los sueños! Allí donde nada es lo que parece... Porque el familiar que me vino a visitar es a la última persona a quien esperaría ver, aunque no es del todo imposible, pero en fin... Y... ¿¡Cereales?! ¡Hace siglos que no como cereales! Por lo menos mi inconsciente recuerda los que me gustan.

Pero hay algo que me saca de quicio y me sucede a menudo, es el hecho de que en medio de un sueño me cambien a los personajes. ¿No os ha pasado con alguna serie, de esas eternas, que cuando algún actor la dejaba ponían a otro con el mismo peinado queriéndote hacer creer que era la misma persona? Como poco me sentía estafada! Pues en mis sueños pasa algo similar: sufren mutaciones que provoca que les cambie la cara, de pronto son otra persona..., no hay manera de acabar un sueño con los mismos protas. ¡Si al menos no lo notara!

Me he dado cuenta de que llevo años poniéndome mala por Carnaval. El primero que recuerdo ya estaba disfrazada de las mil y una noches, mi madre se había tomado la molestia de coser varios disfraces, en una época en la que no disponía de nada de tiempo libre, cuando tuve que aceptar que no podía con mi alma. Y faltar ese día al trabajo sabía que era un fastidio para mis compañeros, por eso lo intenté tomándome lo más fuerte que había en nuestro botiquín, pero ni con esas... Otro año, llevábamos meses preparando los disfraces con un grupo de amigos, llega la hora y me pongo el disfraz, pero ya no me encontraba muy bien... me tumbé en el sofá y sé que fueron viniendo nuestros amigos disfrazados y yo no podía moverme del sofá, ¡estaba fatal! 

Mi relación con el dolor es complicada, porque no es solo física, me afecta mucho a nivel emocional. Cada vez que siento un dolor fuerte me vienen a la mente imágenes tremendas, es como un fin del mundo particular. Podría decir que no sé afrontar el dolor... Escribirlo me ayuda a quitarle hierro, escribir es mi mejor terapia, mi cura más eficaz. Por eso hoy, aunque me quede sin disfraz me queda la escritura.

Juno, calma y terremoto, me cuida a su manera


domingo, 4 de febrero de 2018

CADA POSTPARTO ES UN MUNDO COMO CADA MUJER LO ES

Hoy pienso que ya percibo con suficiente perspectiva la etapa que podríamos llamar postparto como para compartir mi experiencia.


Hace dos años y medio que nació Juno, y no fue hasta el mes pasado que me paré a reflexionar sobre cómo mi cuerpo ha cerrado una etapa: la de repararse y asentarse de nuevo. Ha significado encontrar una estabilidad, en mi caso ha coincidido con un estado similar al del punto de partida, pero en ningún caso el objetivo es el de "volver a ser la de antes". Soy muy distinta y es maravilloso.

Ya véis que no hablo expresamente a nivel emocional, aunque hay mucho de emoción en todo lo referente a uno mismo, pero mi reflexión de hoy se centra más en los cambios físicos de esa parte del embarazo que dejamos en un segundo plano, porque el bebé acapara todo el protagonismo. El después de. 


Y por ahí empiezo, el primer mes después del parto mi mente estuvo tan ocupada en la salud de mi pequeña que no me paré a sentir-me, a mirar-me, ni a escuchar-me. Me debió pasar como dicen que les pasa a los soldados en la guerra ante heridas graves, el cerebro se centra en lo importante y es capaz de anestesiar fuertes dolores si la situación así lo requiere.

Siempre que me preguntan por el parto digo que no sentí dolor, que me dió la risa, que empujé tanto que me dijeron que aflojase un poco... Son formas de ver las cosas, tuve 30 horitas de reloj de inducción, una experiencia extremadamente larga y dolorosa, pero en cuanto me senté en la camilla para disponerme a parir, todo lo anterior pasó a la historia. De hecho, fue una gran experiencia porque pude ponerme a prueba a mi misma, pude comprobar que soy una tía muy fuerte!
Y esto que digo así a la ligera, merece una aclaración: cuando a veces uso la expresión ni princesas ni guerreras, por ejemplo. No necesitamos demostrar que somos fuertes, la fortaleza no es aguantar dolor, no es soportar cargas imposibles, aunque también. Pero que no nos engañen, no tenemos que ser fuertes para demostrar nada a nadie más allá de a nosotras mismas. Hay mujeres con embarazos especialmente complicados, y entre nosotras nos hacemos flaco favor con comentarios del tipo: "que estás embarazada no enferma", cuando a veces el malestar y el dolor puede ser equiparable a sentirse enfermo. Las que no hemos tenido ni una nausea, ni una molestia, podemos llegar a ser muy poco empáticas con las que lo han pasado realmente mal. Por eso puntualizo, no presumo de que fuese fácil o difícil, ni de dura ni de sufrida, opino que no es necesario caer en eso.
Una vez hecha la aclaración, continúo: el mes pasado, después de 2 años y medio tuve de nuevo la regla. Pensaba que después de unos meses del nacimiento de Juno volvería a tenerla y que mi cuerpo se iría recuperando de los impactos sufridos por todo el proceso del embarazo. Es lo que esperas, que te pase más o menos lo que al resto de mujeres en tu situación. Mi comadrona me dijo en su día que el cuerpo tarda aproximadamente dos años en reponerse del todo, por eso se aconseja dejar este margen antes de un nuevo embarazo. Yo me quedé con este dato orientativo y me sirvió, al menos, para no alarmarme.

Al año de estar sin la regla, cuando lo comentaba con alguien veía ceños fruncidos y expresiones de extrañeza. A los dos años, me decían que eso era muy raro, que fuese al médico, etc. Incluso mi médica de cabecera parecía preocupada. Yo me lo tomé con calma, tengo esa facilidad. Lo consulté con mi ginecóloga en una visita rutinaria y no le di más vueltas.

Por mucho que sepamos que cada persona tiene un ritmo, que cada cuerpo es distinto y blablabla, nos cuesta un poco aceptar que somos nosotras las que nos salimos de los estándares.


Si pienso en las primeras horas después del parto, recuerdo que me levanté de la camilla en cuanto una pierna se despertó de los efectos de la epidural, pero no conseguí mantenerme en pie y me senté hasta que poco después se despertó la otra. Me dijeron que podría bajar a la UCIN a ver a Juno en cuanto pudiese andar y mi afán por poder hacerlo me dio una fuerza inmensa. Después vi como a otras madres las llevaban en sillas de ruedas y pensé: ¡vaya!, ya me lo podrían haber ofrecido a mí...

En las 48 horas de ingreso, pasé por mi habitación lo justo para los controles de rigor. Mi compañera de habitación decía que debía descansar más, pero yo no me sentía cansada, al contrario, me sentía más vital que nunca. Y durante ese mes mi preocupación principal fue dar el pecho (lo poco que me dejaban), sacarme leche con el aparato, y pasar el máximo de tiempo con mi bolita encima, saboreando cada instante con ella, sintiendo su cuerpecito...

¡Cómo son las prioridades en la vida! Porque claro que me resultaba engorroso el tema del sangrado, y los puntos, aunque no me dolían especialmente, me producían una sensación desagradable, de herida. La barriga, que a simple vista parecía casi plana, cuando doblaba la espalda sentía una especie de vacío raro, como un aviso de que aún todo estaba por recolocarse. Y sentí nostalgia de barriga durante un buen tiempo..

Durante el tiempo que estuve de baja maternal, que lo alargué compactándomelo todo a casi un año, me sentí muy feliz y muy bien físicamente. Dejé de tener migrañas, lo que supuso un gran alivio; y pasados los 3 o 4 primeros meses dejó de dolerme dar el pecho, que era mi única molestia. Intenté ir a pilates una vez por semana, paseaba muchísimo con Juno... Fue al incorporarme al trabajo con la jornada de 8 horas y retomar mis actividades formativas y mis hobbies, etc. que perdí mucho peso. Y ese siempre ha sido mi talón de Aquiles, cuando adelgazo no me siento a gusto y no ayuda que todo el mundo te lo recuerde constantemente. 


En resumen, que dos años y medio después, he vuelto a un peso razonable después de un año espantoso, y tener de nuevo la regla ha evitado que llegue a preocuparme por si algo no acababa de funcionar bien.

Si algo cambiaría en un próximo embarazo, es el comprarme unas pezoneras bien cómodas y suaves para los primeros meses de dar el pecho, por lo demás no he necesitado ni sujetadores ni ropa de lactancia, solo prendas cómodas y escotadas. Llevo usando escote forzado desde entonces, con lo que me gusta un cuello alto en invierno... y a veces cae, pero reconozco que me dificulta mucho dar el pecho y ser práctico te evita nervios y cabreos innecesarios.

Como siempre, espero que mi experiencia le sea de ayuda a alguien.

¡Feliz domingo, aquí gris y lluvioso, pero un festivo es un festivo!