viernes, 25 de noviembre de 2016

LA AUTENTICIDAD EN LAS FOTOGRAFÍAS

Un viernes por la tarde, un grupo de frikis de la educación infantil, de esos que dedican muchos sábados a reflexionar entorno a temas relacionados con la escuela, la educación, los aprendizajes, la infancia, etc., de los que pasan horas de su tiempo libre devorando revistas sobre educación, leyendo libros, asistiendo a diferentes eventos, y siempre, tengan o no relación directa con la infancia, encontrando en cuanto nos rodea esa conexión con nuestra profesión, extrayendo la esencia para seguir creciendo personal y profesionalmente. Esos frikis pertenecemos a un grupo de trabajo, todos tan distintos pero con tantas inquietudes en común... 

Ese viernes teníamos un invitado especial, el privilegio de tener a Gino Ferri en exclusiva, para aclarar nuestras dudas entorno a un tema sobre el que le hemos leído atenta y apasionadamente: la documentación.

Escuchábamos a Gino casi con fervor, en parte porque él consigue encandilarte con su naturalidad y ese punto provocador. Días después, aún me rondaban varios de los mensajes lanzados aquella tarde, él acierta en poner el dedo en aquello que más nos está doliendo. Con tu permiso Gino, quiero hablar de la autenticidad.

Los adultos estamos muy acostumbrados a sacrificar este valor, pocas veces somos 100% sinceros: callamos, omitimos, adornamos, disfrazamos... Pero los niños, cuánto más pequeños más, aún conservan una autenticidad que les hace muchas veces poner en evidencia a unos adultos demasiado preocupados por el qué dirán. Por este motivo, cuando fotografiamos desde la escuela, deberíamos salvaguardar esa autenticidad intentando captar momentos reales. Pero viendo algunas imágenes de niños pongo en duda la verdad detrás de ese instante inmortalizado. Y ojo, hablo de imágenes que queremos "colar" por espontaneas sin serlo, porque antes se ha preparado el decorado: se ha ordenado concienzudamente todo, se han eliminado esos objetos que creemos afean la estampa, se ha pasado el pañuelo por las narices... Y se ha provocado una acción solo para poder captarla.

Actualmente, sobretodo en educación infantil, vamos todos equipados con una cámara en el bolsillo para cuando se de "la situación" estar bien preparados. Claro que a la vez se pueden dar todos los contras: estar atendiendo a otros niños o con las manos mojadas o sucias y no poder coger la cámara, que los protagonistas de la escena tengan unas llamativas velas cayendo con descaro de sus naricillas o vaya desabrigado aquél que justamente sus padres se preocupan tanto por si se resfría, o mil contratiempos más: que se cruce una cabeza en el momento de disparar, que aparezca de fondo un niño llorando o pegando o subido a algún sitio un tanto peligroso... y aún si conseguimos estar ahí en el momento preciso con todo a nuestro favor nos puede salir la foto borrosa o a contraluz y no apreciarse bien... 

Intento capturar la acción de intento de ponerse un calcetín de Juno
Sin trampa ni cartón, esto es lo que sale








Juno, 1 año y 3 meses
Por todo lo que os comento, lo más normal seria tener fotos con todos estos inconvenientes que se dan sin remedio en la cotidianidad de la escuela ¿no? Pero ansiamos la perfección, buscamos la foto de catálogo. Por suerte, desde la escuela hace tiempo que la tendencia es conseguir fotos que muestren acciones, situaciones, relaciones y no niños posando.

¿Somos, por el afán de conseguir buenas fotografías, esclavos de la estética? 

viernes, 18 de noviembre de 2016

VIDA COTIDIANA

Buenas noches,
me moría de ganas de escribir pero he estado enredada entre hilos, diría tejiendo, pero suena a productivo y yo más bien he estado probando. Esta semana se me ha pasado muy rápido, demasiado, no me gusta correr, Ya no.

Si hago balance de estos últimos dos meses, ya puedo decir que estoy recibiendo los frutos de una adaptación escolar especialmente dura. Hace tiempo que respiramos aliviados en mi aula, en mi casa, con Juno. Verla ir a la escuela contenta es muy reconfortante, me da una buena inyección de energía y positivismo, no me siento tan mal por las horas que permanece en la escoleta, que son demasiadas, eso sin duda. En mi aula también se respira un ambiente mucho más sosegado, ahora en vez de llantos se escuchan voces, risas, trajín de objectos, pasos atropellados, y alguna protesta, claro.


Creo que el día se me pasa tan rápido porque me encanta el corte que supone el mediodía, salir de mi aula, encontrarme con Eva (la tutora de Juno) y relajarme escuchando como me cuenta con detalle como ha pasado el día. Me doy cuenta de que hasta lo que aparentemente puede parecer insignificante para mí es primordial. Hago las mismas preguntas que durante años las familias me han hecho a mí: ¿cómo ha pasado el día?, ¿ha dormido mucho?, ¿ha comido bien?, ¿ha estado contenta? Bueno, bien bien no hago las mismas preguntas, porque si hay una pregunta que está en el top ten de las más repetidas sería sin duda ¿qué habéis hecho hoy? Y a mí no me importa que haga cosas, lo que me importa es que viva, que esté feliz.

Y después la tarde, que son dos horas de nada, y por fin lo mejor del día: ver de nuevo su cara bonita cuando aparezco por la puerta. Verla, esperar a ver su reacción, ir a abrazarla, comérmela a besos y darle teta, ya se lo ha ganado después de 8 horas (en otra entrada quiero hablar de lactancia materna prolongada, de destete y demás, dar mi opinión en base a mi experiencia).

Tarde de juego






Hace un tiempo que los viernes no va a la escuela, se queda con su padre porque él tiene el día libre, y yo me siento muy feliz de saber que tiene ese día especial junto a él, a quien ve menos que a mí (por norma). Ese día se levanta más tarde, almuerzan tranquilamente pan con tomate y jamón y zumo de naranja, salen a hacer algún recado... Y me manda una foto que espero con ansia.

Si no escribo últimamente es porque las tardes son de ella exclusivas, de estar juntas; no hacemos gran cosa porque está cansada y pronto le entra sueño, así que si vamos a la biblioteca no pasa de 45'; a continuación el momento del baño que le encanta, cenar y dormir. Me gusta quedarme con ella bastante rato, no dejarla inmediatamente en cuanto se duerme, y acabo tan relajada que no tengo ganas de hacer mucho, la verdad. Estoy aplacando mi hiperactividad, y más me vale, porque quiero recuperar todos los quilos perdidos en la adaptación y vuelta al trabajo, que no se cuantos son pero me ha dado mucha rabia perderlos!






Esta semana he tenido una cosa muy buena y una muy mala: 
Me di un capricho y me regalé un librito de poesía y fotografía que me llegó en un sobre pequeño, como el de las cartas que nos enviábamos con mis amigas de la infancia, con la dirección escrita a mano y celo para asegurar el cierre. Dentro, un librito de una preciosa delicadeza, encuadernado con sencillez y buen gusto, con un papel de agradable textura, de páginas finas y limpias... un tesoro vaya. No me he sentado a leerlo hasta hoy, que he tenido un buen rato a solas para dedicarlo a todo lo que días atrás no he podido hacer.


Lo malo fue una pesadilla horrible, real y cruda, de esas que no cuentas porque hasta recordarla te duele, un fastidio porque no la he olvidado todavía y remueve cosas que no quiero que aparezcan ahora. En fin, el inconsciente, apasionante y desconcertante a partes iguales, el mundo onírico que me fascina y aterra... Hace años llevé una libreta de sueños, era un ejercicio de la universidad, no me gustó nada escribir lo soñado, tal vez en esa época no tenía sueños bonitos.

Os quiero contar un propósito navideño: esta Navidad tengo la intención de que todos los regalos sean hechos a mano y por eso mismo me tengo que poner las pilas! Sé que es una gran inversión de tiempo, pero me vale la pena, y espero con este gesto dar ejemplo a Juno y que aprecie del regalo, no su coste ni cantidad, sino el esfuerzo, el detalle, el cariño, etc,. de la persona que regala. No sé como recibirán esta iniciativa los afectados, ni si alguien se querrá unir a ella, pero es irrevocable. No adelanto nada porque no quiero fastidiarle la sorpresa a nadie, los tendré que enseñar a posteriori. Voy anotando ideas, la organización es el mejor aliado jejjjee!!

Ahora sí, ¡buenas noches!

domingo, 13 de noviembre de 2016

MIS FOTOS DE INSTAGRAM

Domingo, te quiero y te odio a partes iguales. Hoy tengo cuatro notas en mi libreta y una cita para merendar, las cuatro notas pueden esperar porque me apetece compartir algunas de las últimas imágenes de mi Instagram. Últimamente IG complementa al blog y me sirve, sobretodo, para aplacar mis ganas de compartir algo cuando no tengo tiempo.

Dos libros preciosos, ambos ilustrados de una manera exquisita 
y comprados en la libreria de Cerdanyola del Vallès Lilliput



Hojas de otoño recogidas de Arbúcies y usadas para decorar el aula de infantil


Unas botellas con piedras y cristales en agua en degradado de verdes para adornar la zona del cambiador del aula de infantil


Juno luciendo el turbante de punto que le tejí con poca maña pero con mucho amor


Feliz domingo familia!! ¿Conocéis los libros de los que os hablo?

jueves, 10 de noviembre de 2016

QUÉ DURO SER NIÑO EN UN MUNDO ADULTO

Estoy muy desconectada de la televisión, y ni la echo de menos, pero hace un par de noches, una vez dormida Juno, me senté a cenar, y como estaba sola, me apeteció encenderla para que me hiciese un poco de compañía y descubrí que echaban Pequeña Miss Sunshine, una de mis películas favoritas (son muchas sí, ¡pero esta más! Jajjaa!!) Y la tuve que ver, porque encima acababa de empezar! ¿La habéis visto? Es simplemente genial. Me encanta el retrato de familia cargada de defectos, con sus malos rollos y sus miserias y que a la vez desprende esa humanidad, esa autenticidad. Desde el principio me enamoré de la inocencia y al curiosidad de Olive, es toda frescura, y es una niña real: ni de catálogo ni una caricatura. El cargante padre de familia  y sus sermones exasperantes, la agobiada madre (¡Toni Colette es una genia! En La boda de Muriel lo deja bien claro, está fabulosa), el hermano que pasa una fase difícil, el tío deprimido y exsuicida, el abuelo yonqui... Y todos los incidentes que van sucediendo para acabar con sorpresa final. Si alguien no la ha visto la recomiendo encarecidamente!!


Querer ser una pequeña miss sin tener las características que se esperan de una miss es la primera bofetada al topar con el mundo de los adultos que selecciona, clasifica y categoriza a las personas desde la infancia.

Ser niño es muy complicado, sí, vale que siempre se alude a la infancia como esa época idílica en la que no se tienen problemas... ¡Mentira! Eres niño en un mundo de adultos, donde hasta la infancia, tu propio terreno, está en sus manos, donde todo está pensado y adaptado a las necesidades de unos padres cada vez más ocupados porque viven en una sociedad estresante. 

Y en esta tiranía adulta:
  • La mayoría de las veces no se les deja actuar libremente, las prisas hacen que sean los adultos quienes vistan, desvistan, recojan, etc. porque así se acaba más rápido.
  • Se les obliga a permanecer sentados, cuando su naturaleza les pide movimiento. Cuántas veces habré oído aquello de ¡Ohh, qué guapos están! Cuando están sentados, quietos, sin hacer nada!! Y debería ser al contrario, alabar su capacidad para correr, saltar, trepar, actuar...
  • La mayoría de adultos deciden qué alimentos y la cantidad que deben comer sus hijos, si comen menos de lo que se les pone en el plato se les recrimina, y solo se les premia si lo terminan todo, recurriendo a frases tan fuera de contexto como "la comida no se tira", "con la de gente que pasa hambre...". Totalmente de acuerdo con ambas afirmaciones, por eso mismo es más lógico pedir al adulto que no haga más comida de la cuenta ¿no?
  • En muchos casos se les habla como si fuesen tontos, se les trata como a monillos de feria (haz palmitas, saca la lengua, sopla...) y se les pide que callen porque están hablando los adultos.
  • Por supuesto no pueden coger nada del suelo porque todo, absolutamente todo, y rematadamente todo, es "caca": desde una hoja, hasta una piedra, un trozo de plástico, una colilla, un palo, la tierra, y, menos mal, la caca de perro que es la más común en nuestros suelos civilizados.
  • Se les hace permanecer largas horas aburridos e inmóviles en sitios horrorosos como restaurantes, centros comerciales... Bajo amenaza de "¡no toques nada!".
  • Se les convierte en yonquis consumistas desde bien pequeños, con dibujos animados asociados a un despliegue pornográfico de merchandasing.
  • Aunque el azúcar no es nada saludable, se consideran cosas de niños las chuches, las galletitas, los pastelitos y demás "itos", se les bombardea con publicidad para que deseen consumir estos productos y de hecho, en la mayoría de hogares los hay a montones.
  • Los adultos deciden sobre su trabajo (en cierta medida), a los niños se les obliga a ir a la escuela sí o sí, a permanecer en ella jornadas eternas, a asistir incluso estando enfermos por falta de quien les pueda cuidar en casa, a jugar en el parque con los niños cuyos padres les caen bien independientemente de si le cae bien o no a él...
  • Deberían tener derecho a no heredar los miedos de los padres, pero viven en un constante: ¡Ay!, ¡Cuidado! Cuidado que te vas a caer, cuidado que quema, cuidado que pincha, cuidado que pesa...

Y podría continuar, pero es tarde y tengo sueño y Juno me espera calentita como un brioche jejjee!!

¡Buenas noches!

domingo, 6 de noviembre de 2016

FERIA DE OTOÑO

Día en Arbúrcies 
(Girona) - La Selva


Del otoño me gusta especialmente la cantidad de propuestas para hacer en familia relacionadas con la naturaleza, cada fin de semana hay algo que hacer en algún pueblecito de los alrededores, excusa perfecta para conocer nuevos lugares, sus tradiciones, sus productos típicos, etc. Este fin de semana nos hemos acercado a Arbúcies, pueblo que me trae muy buenos recuerdos de niñez, para disfrutar de ese ambientillo rural que tanto nos gusta.


En la plaza habían montado esta exposición con las distintas setas de la zona, una gran idea para aprender algunos nombres y diferenciar comestibles de tóxicas, por ejemplo.



Ya sabéis que no me gustan los animales enjaulados, si por mí fuera no habrían ni zoos, ni aquariums, ni jaulas para pájaros, ni para iguanas, ni para serpientes... ¡buff es un no parar! Cómo nos gusta al ser humano esclavizar para nuestro gozo y divertimento... Pero es un debate demasiado serio para entrar solo de puntillas. Si un día al año las ovejas se muestran a la gente del pueblo y visitantes, y el resto del año campan por este entorno tan ideal, tampoco lo veo mal.



La muestra de oficios tradicionales es algo que nos llama mucho la atención, somos de los que nos embobamos en primera fila viendo trabajar al más puro estilo antiguo.




Y no desperdiciamos la ocasión para recorrer algunos de los caminos rurales, al ritmo de Juno, que no prioriza el ir avanzando sino el entretenerse a cada tramo.






Aprendimos muchos nombres de manzanas que desconocíamos...



Y tomamos buena nota de los próximos eventos!




En toda feria que se precie se encuentran productos de la zona deliciosos y de calidad, esta vez picamos de algún embutido, para esos desayunos contundentes del fin de semana ;) ¡Aunque de Arbúrcies hay que probar sus manzanas!


Nos acercamos a ver los patos a la Farga y balsa del Roquer y los impresionantes árboles que la custodian.






Y rematamos la visita perdiéndonos por sus caminos buscando hojas, piñas, castañas... ¡y vaya si encontramos!







Aunque nos lo tomamos con calma, viendo como se quedó dormida sobre mis piernas Juno, parece querer decir que ella lo vivió como un día muy intenso!


Feliz domingo otoñal!!