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<<Sólo he tenido un hámster en mis manos una vez>>, dijo Dakota Fanning por el chat de Gmail. <<Sus patas eran tan pequeñas. Creo que lloré un poquito.>>
Richard Yates
La novela me ha parecido más un estudio sociológico que la narración de una historia, me ha dado por pensar en que las vidas y las relaciones de los dos jóvenes protagonistas, que espiamos a través de sus conversaciones y pensamientos más íntimos, cuentan muchas cosas sobre una generación. Está ambientada en las ciudades de Nueva Yersey y New York, los protagonistas se conocieron por internet y pasan muchas horas al día chateando, hablando por teléfono o enviándose mensajes explicándose pequeñas anécdotas del día a día.
Son dos solitarios, desencantados con sus vidas, con sus trabajos, sus familias... Dakota Fanning tiene dieciséis años, vive en Nueva Yersey con su madre y un hermano medio ausente. Tiene una frágil autoestima, problemas de sobrepeso y cansancio crónico, más adelante sabremos que es bulímica y que sufre un trastorno psicológico. Haley Joel Osment es un poco mayor, trabaja en una biblioteca y para una editora, está obsesionado con la alimentación sana y tiene un carácter manipulador que se dejará ver a partir de la relación con Dakota. Ambos hablan a menudo de suicidio y de lo solos que se sienten.
Alpha Decay
Es de esos libros que se devoran, que se pueden leer a ratos sin perder el hilo. Su autor, Tao Lin (N.Y., 1983), a pesar de su juventud, ya ha publicado algunos títulos: Taipei (2013), Richard Yates (2010), Shoplifting from American Apparel (2009), Cognitive-behavioral therapy (poesía, 2008), Eeeee Eee Eeee (2007), Bed (2007) y You are a little bit happier than I am (poesía, 2006).
Yo le conocí gracias a blogs de literatura que sigo y a la editorial Alpha Decay, su colección Héroes modernos es mi blanco actual y estoy al acecho de todos los títulos disponibles en las bibliotecas cercanas.
Reflexión
En sus páginas afloran dudas, miedos, inseguridades... a través de los mensajes, los diálogos y de los pensamientos a los que el narrador en tercera persona parece tener acceso, que son los de Haley Joel Osment. Lo que más me ha gustado de este libro es que refleja la parte más íntima, y los pensamientos absurdos, incoherentes u oscuros que todo ser humano puede llegar a tener, como algo normal. No son tan distintos de mí misma y la cantidad de pensamientos e imágenes que transitan por mi mente a lo largo del día, sobretodo en esos momentos en los que estoy conduciendo y mi mente imagina mil historias que no puedo escribir, a la vez que evoca, retuerce y tergiversa recuerdos de todos los tiempos.
Si alguna vez se me fuera la pinza de tanto pensar debería dejar de conducir como parte primordial de la terapia.
El mediodía del jueves, mientras conducía de camino a casa después del trabajo, me acordé del día en que en el colegio diseccionamos un pulmón. Me vino la imagen del comedor de la escuela con las mesas llenas de pulmones malolientes, me dio un repelús de sentir el olor dulzón y desagradable intensamente vívido después de tantos años, quise soltar el volante para encoger los brazos (gesto que reproduzco irremediablemente siempre que en una conversación aparece la palabra sangre).