martes, 31 de mayo de 2016

CUENTO SIN IMÁGENES

Tirando de hilos
Dejé de reflexionar en el blog sobre las sesiones del Curso de Iniciación a la Educación Viva (ciev) por falta de tiempo, y lamento no haberlo hecho, porque ahora tendría unos apuntes geniales aquí para ir releyéndolos. Siempre salgo con la sensación de que ese tema tan interesante hubiese dado mucho más de sí, de que también me hubiese gustado hablar de esa otra cosa, y me da pena la cantidad de ideas que van apareciendo y que se tienen que ir aparcando o sería una locura tratar de desarrollarlas todas. 

Pienso que dedicarse a la educación debería ser hacerse muchas preguntas y compartirlas y debatirlas y darles mil vueltas ¡y lo que haga falta!, para después reflexionar ya a nivel individual sobre ellas. En fin, un fluir constante, un ir creciendo a la vez que, junto a, con..., un ir actualizándose (como la tecla F5 del teclado que refresca la información, me encanta eso de refrescar, es muy sensitivo, es darle un soplo de aire fresco a lo ya existente. Y, a demás, me transmite alegría, como que apetece ese airecillo regenerador ;)).

No me explayo más, pero lo que quiero compartir hoy, que es el recurso más sencillo del mundo para explicar/representar/vivir/interpretar/jugar un cuento, es, en parte (no sé qué parte, espero que no me pidan derechos de autor indirectos) fruto de esta formación. Un curso cien por cien recomendado, yo lo conocí gracias a alguien muy entusiasmado que me animó a apuntarme y no se lo voy a poder agradecer suficiente. Para disfrutarlo y aprovecharlo a tope hay que ir con la mente abierta y ganas de cambiar, es mi opinión personal.


El cerdito pequeño
Siempre que veo a Juno jugar con los cerditos del Ikea me acuerdo de Jordi Mateu (el formador y pensador que me inspira tantos debates internos), un día que dijo que cuando explicas a un niño el cuento de los tres cerditos inmediatamente el niño sabe que él es el cerdito pequeño. 

¡Los cuentos ofrecen tanto a los niños! No cualquier cuento, para qué engañarnos, es como eso de: que lea lo que sea pero que al menos lea. Vale, se entiende la expresión, pero lo que sea no es la etiqueta del champú... Después del inciso necesario, continúo: Los cuentos brindan la oportunidad de vivir otras vidas, conocer lugares, personajes, situaciones distintas, etc. Son un modo de enfrentarse a la realidad, a veces difícil de asimilar para un niño, aunque a los adultos nos cueste creer, porque en cierta manera existe la tendencia a adormecer la imaginación y huir de la fantasía, para los niños es mucho más fácil de entender que muchos aspectos de la vida pura y dura.

Me quedo con esta imagen del niño escuchando atento el cuento de Los tres cerditos (perdonad que insista con este cuento, creo que Jordi eligió muy bien el ejemplo) e identificándose con ese cerdito que es el más pequeño de los hermanos, o imagino a un niño escuchando el cuento de Caperucita Rojacargando sobre el personaje del lobo todos sus miedos e inseguridades. Y me gusta la idea de que esos personajes no tengan rostro, que sea como en los libros que leemos, ¿quién no se ha decepcionado al ver el personaje interpretado por X actor en la versión cinematográfica de un libro? 
La imaginación siempre es mejor, es más potente, porque la creamos nosotros mismos.

En Tabalet
Entonces, me surgió la idea de elaborar este recurso para el cuento de En Tabalet. En Tabalet es un conejito, viene a ser el cerdito con el que se identifica el niño, y su madre, que se llama Marieta Cuacurta, viven tan felices en su madriguera (que yo represento con esta caja en forma de barrilete) La caja fue la detonante de todo, lo confieso, es lo que se llama deformación profesional: ves una lata e imaginas un cubilete para meter cadenas y hacerlas sonar y rodar... o lo que pasa por tu cabeza cuando cae en tus manos un tapón, una pieza de gresite, por ejemplo, que se te ocurren infinidad de posibilidades, algo así. Me regalaron esta caja de madera y vi al conejito dentro automáticamente.

El cuento
Como todas las madres del mundo mundial, la coneja Marieta Cuacurta, sale a buscar alimento para su retoño día sí día también, y esto sí que es muy de cuento, en vez de llevárselo consigo, lo deja en casa con mil advertencias ¿os suena, a qué sí? Y como también acostumbra a suceder en los cuentos, si no nos quedamos sin moraleja, el pequeño protagonista obedece hasta que la tentación es muy grande, se salta la advertencia de sus mayores, y la lía. 

Es un cuento que explico mucho en el aula y, sinceramente, no hay ninguna editorial que me guste como lo ha ilustrado, así que el cuento solo lo cogí prestado de la biblioteca para ver qué personajes aparecían y he decidido que me gustan más los que yo conozco, así que no le he hecho mucho caso.


Como veis en la imagen cada personaje está representado por una piedra, también son un regalo que me ha ido como anillo al dedo para este material. Es genial aprovechar, reciclar, usar cosas que me dan... Al haber dos piedras del mismo color, una grande y otra pequeña, ni a propósito para hacer de coneja e hijo; las otras piedras diferentes son los animales del bosque que quieren jugar con Tabalet: escarabajo, mariquita, ardilla y pájaro (por ejemplo), y la serpiente la he hecho de lana con un aparatillo de cuatro ganchos que le han regalado a Juno, y he intentado que quedase un poco desdibujada. 



No digo de no ofrecer cuentos con imágenes, que conste, al contrario. Pero, ¿qué os parece combinarlos con cuentos en los que los personajes cada uno los imagine como le convenga? Así cada niño podría imaginar al lobo lo feroz que fuese capaz de tolerar, y adjudicaría papeles en función de sus necesidades...  ¡Es una opción!

viernes, 27 de mayo de 2016

SENTIRSE QUERIDO Y LAS MIRADAS

Un día, mirando a Juno, le pregunté a Miguel: 
¿crees que se siente querida?


Formulé la pregunta conociendo la respuesta, quería oírle decir que sí. Ella, con pocos días de vida, nos regalaba esa placidez cautivadora tan suya, su mirada serena pero aún ausente, su cuerpo relajado, blandito, como de mantequilla a medio deshacer, su media sonrisa, sus puñitos cerrados, y una infinidad de sonidos, ronroneos, suspirillos, etc. Entonces todavía no nos deleitaba con las miradas cargadas de cariño de las que ahora es usuaria asidua, aunque bien pronto demostró poseer una mirada increíblemente expresiva.

Para mí, quererla, es lo más natural y espontáneo del mundo; se lo transmito constantemente a través de miradas, caricias, palabras afectuosas, poniendo el máximo cariño en sus cuidados... son esas ganas de dedicarle toda mi atención, sin necesidad de respuesta por su parte, esas ganas de estar siempre con ella, de compartir momentos preciosos... es quererla solo por el hecho de existir. Una parte de mí, a demás, necesita que ella se sienta querida, quiere que su piel guarde la memoria del mimo puesto en tocarla, de los abrazos, de las caricias.

Y soy consciente de que no todos los niños gozan del derecho a sentirse queridos, de ser lo más importante del mundo para alguien, aunque para la mayoría pueda resultar impensable. Para mí es primordial que Juno, y cada uno de los niños para los que soy su referente, se sientan las personitas más especiales cuando están conmigo. Como en la fabulosa película de Campanella, el secreto está en los ojos, en la mirada. 



Porque una mirada arropa, calma, acerca, protege, sonríe, acoge, alienta...

Aunque creo que hay gente con más intensidad en la mirada que otras, lo pienso porque no me aventuro a decir que esas miradas de pez con las que me tropiezo de vez en cuando, son gente desnuda de emociones, fría y apática, o sí... Si te paras a pensar, la cantidad de miradas que recibimos a lo largo de un solo día: 
Esas amables que te dicen "te escucho" y las alegres que gritan"¡hola, soy feliz!", ¡esas te alegran el día seguro! También están las tiernas, las cálidas, las chispeantes, que suelen venir de quien te quiere; todas ellas contribuyen a hacerte sentir bien. Incluso de desconocidos recibimos una gran variedad de ellas: las esquivas de quien te evita, las ausentes de quien te ignora, las lascivas de... los salidos, las hostiles, estas me desconciertan porqué suelen ir dirigidas a todo cuanto les rodea y si, sin querer, entras en su campo visual recibes un calambrazo seguro! Y luego están las miradas tristes, las que me parten el alma, las que me dejan un nudo y unas ganas de tender la mano y ofrecer consuelo... Hay miradas de mar y montaña: unas claras y apacibles, las otras duras e intensas. Las hay sinceras y mentirosas, prepotentes y vergonzosas; despectivas, arrogantes, hirientesafectivas y afables.
Si te da por salir a capturar miradas, te advierto que a veces puedes quedarte helado, que muchas otras verás que una capa de resentimiento o frustración u odio, o vete tú a saber qué, empañan unos ojos que en otras circunstancias, tal vez, transmitirían sensaciones más bonitas... Andar con los ojos abiertos por la calle es como un escaparate a los adentros (decir alma me ha parecido en esta ocasión una palabra muy socorrida), por eso cuando no queremos compartir algunos sentimientos hay quien usa gafas oscuras, o quien baja la mirada.

martes, 24 de mayo de 2016

LO IMPORTANTE DE SABER HACIA DONDE SOPLA EL VIENTO

Desde que Instagram entró en mi vida debo reconocer que me tomo con más calma lo de escribir entradas, aunque el blog no lo cambio por nada y el espacio que aquí tengo para explayarme es una gozada, IG me da un poco de claustrofobia escribiendo ahí al lado de la imagen en chiquitito, pero debo reconocer que es más inmediato, y ante la falta de tiempo, más práctico.

Hoy quería enseñaros un material muy sencillito que he elaborado para Juno, pero la explicación no lo es tanto, así que va a tener que esperar a que me siente con calma e inspiración, y un café mañanero por ejemplo; me tengo que poner en situación para según que tema... pero es que estoy en una etapa de aluvión de ideas, interrogantes, sensaciones, frases, imágenes... tengo un revoltijo en la libreta, esa que uso para anotar "cosas importantes", y entonces lo que me pasa es que todo acaba desperdigado por esas páginas y se queda en textos inacabados e ideas sueltas. Todo por el empeño de escribir entradas con cierto orden y coherencia. Pero, si a mí lo que me gusta es el batiburrillo, ¿por qué esa necesidad de orden? Buena pregunta (que me hago a mí misma). 

Si preguntáis a mis compañeras de trabajo os dirán que soy muy ordenada, que mi cajón es el más impoluto y que siempre tomo nota y organizo cuanto se puede organizar. Y es cierto, me encanta el orden, lo necesito para funcionar bien, pero a la vez, me inspira muchísimo el caos, y transito continuamente entre uno y otro.


A veces, cuando falta una persona, 
parece como si el mundo entero estuviera despoblado.
Alphonse de Lamartine

Encontré esta frase, como se encuentran la mayoría de las cosas en la vida, buscando otra. Mientras la fotografiaba para recordarla, Juno quiso colarse dentro.

Anoche en Documentos TV, en La2, trataban el tema del suicidio. Tenía muchas ganas de ver el programa, porque el suicidio es un tema que nunca ha estado muy presente en mi vida, ni en mi entorno, y de pronto se ha hecho muy visible a mis ojos: veo algunos programas que abordan el tema, luego cae en mis manos el libro de Rhodes, Instrumental, y un par de personas me explican experiencias en primera persona. Aún así siento que es un gran desconocido para mí...

La mente tiene un poder que asusta. Me asusta porque puede convencerse de cualquier cosa, puede hacer que tus ojos vean lo que quiere, y esta sugestión puede jugar a tu favor o en tu contra. Tener un mal día, de esos en los que lo ves todo negro, es una sensación que, en general, todo el mundo ha sentido alguna vez. Puede ser, incluso, que nos haya ocurrido a nosotros mismos, o a alguien cercano, alguna tragedia que nos ha hecho sentir un dolor insoportable. Son sensaciones transitorias, o que se deben a un hecho más o menos puntual, o sobre las que tenemos una explicación... pero, ¿y cuándo ese dolor, ese malestar, ese estado insoportable, no pasa? 

Pienso que un primer paso es hablar de ello, dejarnos del mito absurdo de que tenemos que estar siempre felices y ser super-optimistas; tender al optimismo y relativizar los problemas nos ayuda a ser más felices, claro, pero no existe el 100% de nada, ni de felicidad ni de tristeza. Me cuesta gestionar mi propia tristeza, creo que soy más hábil en acompañar la de los demás, en adoptar el rol de fuerte, me siento como una torre que no puede desmoronarse, y entonces me viene un ataque de migraña y me cabreo conmigo misma!

Es muy importante saber para donde sopla el viento
(A partir de una veleta y seguida de una carretera custodiada por inmensos molinos de viento).


Esta frase pertenece a la película que dieron en Versión española este domingo en La2, Marsella, con María León y Goya Toledo. Me gustó mucho, el tema de las familias de acogida, hacia las que siento una profunda admiración, las segundas oportunidades que da la vida y los lastres del pasado... da qué pensar, que siempre está bien. En un momento clave de la película, la madre de acogida, después de ver a la madre biológica (quien acababa de recuperar la custodia de la niña), metida en un asunto de drogas, borracha, y a punto de tocar fondo de nuevo, se acerca a ella y le dice que la van a ayudar (ella y su marido). Cuando lo más fácil sería aprovechar los errores de la madre biológica para recuperar a la niña, pero la respuesta que da ésta ante la incredulidad de la otra, es que lo van a hacer porque es la madre de su hija

Ahora sé lo que es querer a alguien tanto que haría lo que fuese si eso es lo mejor para ella.

viernes, 20 de mayo de 2016

JUNO COME SOLA

¡Esta es la entrada más veces borrada de cuantas he escrito nunca! Y me he empeñado en escribirla porqué varias personas me lo habéis pedido, que si no ya hubiese desistido seguro... Seguramente se debe a que, aunque partimos del método BLW (Baby Led Weaning), lo que hacemos en casa es nuestra propia versión. No creemos en técnicas infalibles, ni en prácticas de "manual", creemos que cada niño es único y tiene sus propias necesidades, su contexto, sus rutinas, etc. Por lo que yo lo que voy a compartir es como llevamos el tema de la comida con Juno.

No tengo a penas fotos de las comidas, podría hacer cada vez que ponemos la mesa, la verdad, pero solo me acuerdo de hacer alguna cuando la veo a ella disfrutando! Lo digo porque cuidar la presentación de la mesa, de los alimentos en el plato, etc. forma parte del ritual.

Juno en acción

¿Cuándo?
Ella marcó el inicio, nosotros supimos ver que es lo que necesitaba y que estaba lista para empezar a probar alimentos y participar de las comidas familiares. Fue a los 6 meses y medio, aproximadamente, no teníamos ninguna prisa, pero tampoco dista mucho de cuando se suele hacer habitualmente, lo que demuestra que paciencia que todo llega, no hace falta precipitarse o sufrir por cumplir calendarios.



¿Cómo?
Los primeros alimentos fueron: plátano, pera, naranja, pepino (todos ellos crudos). Lo que hicimos fue elegir alimentos que no suelen provocar alergias y que son fáciles de machacar con las encías; por eso la manzana no la incluimos, porque tiende a romperse antes que a deshacerse en la boca (la hervimos con una rama de canela). También le ofrecimos en un primer momento: zanahoria, calabaza y patata, hervidos lo justo para que estén tiernos, a la vez que firmes.

Al principio los alimentos cortados en forma de palito para que sean fáciles de coger, en cuanto empezó a adquirir habilidad en hacer la pinza con los deditos, no todo lo cortamos así, y añadimos tomates cherry, granitos de maíz, pasta...
Intento que siempre vea el alimento en su estado original, por ejemplo: si va a comer pera, la pelo y corto delante de ella y le pongo en su plato algunos trozos.
Como hacemos los adultos, que no comemos un único alimento, cada vez combinamos tres o cuatro distintos. A ser posible, que coincida con lo que hay en nuestro plato, pues ella aprende viéndonos comer a nosotros.


1) Desayuno: su plato y mi plato. Ahora también come un poco de pan con  tomate y jamón dulce o queso suave.2) Pollo, zanahoria y judía verde (aspecto que tenían sus platos los primeros días).3) Esta es la pinta que tienen sus platos habitualmente, con más cantidad, y un aspecto lo más apetitoso posible. Mango, brócoli y calabacín.
- Nuestra intención era incluir a Juno en las comidas familiares, así que siempre come en la mesa con nosotros, sobre mi regazo (a veces el de Miguel). 

- No hemos comprado nada especial para ella, a los adultos nos pueden las ganas de adquirir cositas para ellos, lo sé: sillas-trona, adaptadores, vajilla con dibujitos, cubiertos de plástico... Pero si lo pensamos fríamente no es necesario, incluso es mejor lo que usamos los adultos, a nadie nos gusta beber o comer con vasos y cubiertos de plástico como norma.

- He leído que se les ofrezca la comida sobre la mesa directamente, o sobre un plato liso y pesado, como nuestro hule es muy inadecuado, colocamos la comida en uno de los platos que usamos habitualmente nosotros, que es grande y blanco y pesa lo suficiente para que ella no lo mueva. Se trata de facilitarle la tarea de coger por sí misma los alimentos.

- Usamos babero, ayuda a la rutina de la comida: pronto asoció el babero con el momento de comer. Se lo ponemos de cara, sin pillarla por sorpresa, mientras le explicamos lo que viene a continuación. Y sobre las piernas extendemos una muselina que recoja los trozos que van cayendo, aunque también cae comida al suelo.

Su rutina
1) Toma el pecho: cuando se sienta a la mesa no debe tener hambre, aunque suene raro. La leche materna es el alimento principal, contiene la máxima concentración de nutrientes, el resto de comida no le aporta aún lo que su organismo necesita, es más un aprendizaje. Así que tenemos en cuenta que haya tomado el pecho hace poco.

2) Lavar manos si es necesario.

3) Poner el babero y sentar sobre el regazo (al revés es imposible porque se avalancha sobre el plato).

4) Comer sin prisa, hay días que se cansa más pronto, pero lo habitual es que le dedique bastante tiempo. Sin impacientarnos y dejando que coma lo que quiera.


5) Quitar babero y lavar manos y cara (el babero lo quitamos en la mesa porqué suele contener trocitos de todo!).




¿Necesita beber agua?

Tomando pecho no es necesario ofrecer agua, leí, pero a Juno le gusta coger el vaso y beber, así que al mes de empezar a comer, incluimos un vaso para ella en la mesa: un vaso tamaño cortado, de cristal transparente. Es muy importante que sea transparente para que se vea la cantidad de líquido (y adquirir progresivamente conceptos como lleno-vacío, más-menos, percibir el color de la bebida, etc.). Ella lo coge con sus manitas y nosotros sostenemos el culo del vaso, dejando que sea ella quién lo incline y decida cuando dar un trago y el modo.

Todos los alimentos que ha probado en estos 2 meses

  • CRUDOS: plátano, pera, naranja, mango, sandía, pepino, apio, tomate, pan (de buena calidad sino no le damos porque no aporta gran cosa).
  • HERVIDOS: zanahoria, calabaza, maíz, patata, manzana (hervida con una rama de canela).
  • HORNO (o plancha): calabacín, berenjena, brócoli, judía verde, pollo, pescado (merluza, rape, bacalao, lenguado).
  • COCINADOS: estofado de patatas, pasta/arroz con verduras, caldo de pollo, conejo guisado, tortilla.
La actitud del adulto
Creo que es fundamental que el adulto acompañe el proceso de un modo relajado. Una vez listo el plato de comida, no persuadir a que coma una cosa u otra o que coja más; velar porque sea un momento gratificante, intentar no avasallar con palabras o participando más de lo debido. Y si cae comida al suelo, está bien que vea que lo que va al suelo ahí se queda (piensa que una vez acabe se limpia).

Nuestros imprescindibles
Desde que Juno come sólidos, siempre que vamos a pasar bastantes horas fuera de casa, no olvidamos coger: 
  • Una fiambrera con tiras de pepino (es lo que más le gusta), trozos de pera, naranja, plátano... Si no, siempre acaban ofreciéndole pan y es un alimento que no le damos mucho, y siempre de horno, no de panificadora.
  • Una cantimplora con agua y su vaso de cristal
  • Un babero y una muselina
Finalmente
Como ya he dicho, nos lo tomamos con calma, no estamos en una carrera, así que vamos a nuestro ritmo. Observamos mucho a Juno durante la comida, para ver qué le gusta más o menos, cómo gestiona los alimentos, y todos los detalles que nos puedan ser útiles para ir adaptándonos a sus necesidades. Hace ya un tiempo que muchos de los platos que preparamos para nosotros tenemos la precaución de no añadir sal ni especias y le apartamos un poco para ella.

Estamos contentísimos con esta manera de comer, que no es dar de comer, porque la que toma las riendas es ella. La vemos disfrutar, y eso es lo principal, comer con gusto, probar, relamerse... Pero también vemos el gran aprendizaje que lleva a cabo y lo que esto supone para la adquisición progresiva de autonomía. En nuestro caso ha sido facilísimo, pero podría no haber sido así, cada niño es un mundo, hay que tener paciencia porque dar tiempo es primordial para cualquier aprendizaje.

No me explayo más porqué ya expliqué con más detalle lo que aprendí sobre el método BLW y los comienzos en la entrada: Empezar a comer

Os recuerdo el libro en el que me he basado:
  • RAPLEY, G. y MURKETT, T. (2012). El niño ya come solo. Consiga que su bebé disfrute de la buena comida. Ediciones Medici: Madrid.

lunes, 16 de mayo de 2016

INSTRUMENTAL

¡Buenos días!
Por fin encuentro tiempo para sentarme a escribir, esta frase se está convirtiendo en recurrente..., últimamente he estado leyendo y cosiendo, y como siempre, pasando mucho tiempo con Juno, y todo no se puede. Ahora que gatea con cierta soltura y me persigue a todas partes estoy muy acompañada, además, demanda mucho mi atención para que juegue con ella o cantemos canciones (ella sigue el ritmo a su manera). Cuando leo con ella tumbada encima mira el libro con atención, esperando un descuido mío para quitármelo de las manos o echarse encima y tratar de morderlo, pero también disfruta de esos ratitos de relax.

Precisamente, hoy os quería hablar de uno de los libros que acabo de leer: InstrumentalCuando vi su portada fue como encontrarme con alguien que te es muy familiar pero no acabas de ubicar, después al darle la vuelta y leer:

Me violaron a los seis años.
Me internaron en un psiquiátrico.
Fui drogadicto y alcohólico.
Me intenté suicidar cinco veces.
Perdí la custodia de mi hijo.
Pero no voy a hablar de eso.
Voy a hablar de música.
Porque Bach me salvó la vida.
Y yo amo la vida.

Recordé porqué había oído hablar tanto de él, y que tuvo bastantes problemas para ser editado, esto es lo que, tal vez, me inclinó a quererlo leer.


Pues bien, el libro me ha sorprendido muy gratamente, me ha gustado muchísimo porque leerlo ha sido como escuchar a alguien que necesita contar su historia y que lo hace a su manera, no desde la calidad literaria sino humana. Me ha parecido valiente y necesario.

Como ya adelanta su contraportada, la protagonista es la música, concretamente la música clásica, y más concretamente aún, el microcosmos de un concertista de piano. Le doy las gracias por haberme acercado a un mundo que desconocía y que me ha interesado más de lo que podría pensar en un principio, pero sobretodo, le doy las gracias por las recomendaciones: genios como Bach, Prokófiev, Schubert, Beethoven, Scriabin, Ravel, Shostakóvich, Brukner, Liszt, Brahms, Mozart, Chopin, Schumann y Rajmáninov. 

Ha hecho que apreciase, más aún, una asignatura densa y dura de la carrera de magisterio dedicada a la Música (¿o fueron dos?), en la que recorres las distintas épocas, técnicas, instrumentos, composiciones... Recuerdo las horas dedicadas a las escuchas y los análisis, para mí complicadísimos, de cada una de las piezas. Leer a Rhodes me ha trasladado a esos días de audiciones, ha refrescado algunas de las obras que ya conocía y me dado a conocer muchas otras, pero le ha añadido algo que ha convertido cada pieza en un regalo muy especial: es el hecho de contextualizarlas, de hablar llanamente de las penas y glorias de sus creadores. Al acercarme a la persona, de pronto, esa pieza ha cobrado una importancia mucho mayor. Le debo a este libro, y a su valiente autor, volver a escuchar los 19 temas que ha elegido para representar cada uno de los capítulos.
Imaginad todo lo que os gustaría decirle a alguien a quien queréis si supierais que va a morir, hasta las cosas que no podéis expresar con palabras. Imaginad que condensáis todos esos sentimientos y emociones en cuatro cuerdas de un violín, que los concentráis en quince minutos llevados al límite. Imaginad que de un modo u otro descubrieseis la forma de construir todo un universo de amor y dolor en que existimos, que le dieseis forma musical, que lo pusieseis negro sobre blanco y se lo regalaseis al mundo. Eso es lo que logró, con creces, y todos los días esta pieza basta para convencerme de que en el mundo existen cosas que son más grandes y mejores que mis demonios.
Pero este libro no habla solo de música, habla de como una piltrafa humana, un sinescrúpulos cualquiera, puede joder la vida de una persona. Este libro denuncia unos abusos, perdón, me ha salido la palabra amable que tanto usan en los medios y que él rechaza por esa inmerecida sutileza, unas violaciones reiteradas por parte de su profesor de gimnasia durante cinco años y que empezaron cuando él tenía tan solo 6. 

Sobre violar a un niño, lo oímos con frecuencia en las noticias, lamentablemente. Son ese tipo de cosas que me duelen porque pienso en qué mierda de condición humana, dado las atrocidades de las que es capaz, y se me ponen los pelos de punta, me resulta incomprensible... Me produce impotencia y rabia a la vez. Leed el libro porqué yo no encuentro las palabras, la sinceridad de quién lo ha vivido te hace callar y escuchar atentamente.

Aprovecharse de la fragilidad es la mayor de las cobardías. Si tienes la suerte de estar en contacto con niños, seguro que te has dado cuenta de la bondad que desprenden, la espontaneidad, la frescura..., no se te habrá pasado por alto como les brillan los ojos, con qué facilidad te regalan una sonrisa, lo accesibles que son. ¿Cómo alguien puede dañar algo tan increíble como es la inocencia? 

Gracias, gracias, gracias, James Rhodes, por no dejar que se quede en un titular, por explicar lo que supone para la mente, el alma, la esencia de una persona, haber pasado por una experiencia así. Por dejar claro que después del infierno viene otro infierno, que son las secuelas, y acabar con la falsa creencia de que una vez se pone fin al abuso acaba el sufrimiento. Lo maravilloso de este libro es que duele, porque empatizas, y sin entrar en detalles sobre las violaciones, como él mismo expone, cuenta hasta el punto que puede soportar, te abre los ojos en muchos aspectos.
"Odio quien fui, quien soy, en quien me he convertido y, tal como nos han enseñado, me castigo continuamente por las cosas que digo y hago. Son tales los niveles globales de intolerancia, codicia y disfuncionalidad, es tal la sensación de que uno merece todo porque sí..."
"Hay una rabia que fluye por debajo de todo, que nutre mi vida y que alimenta el animal de mi interior. Una rabia que siempre, siempre, me impide, por mucho que me esfuerce, convertirme en una versión mejor de mí mismo."
Lo que me ha tocado bastante la fibra es que nadie quiera ver nada, facilitando así que los degenerados actúen libremente, la pasividad ante las evidencias y el poco interés real hacia los sentimientos de los niños: como cuando suplicaba no ir a clase con ese profesor, o cuando aparecía con manchas de sangre. La falta de oportunidades de hablar que ofrece el adulto al niño, más la vergüenza, la culpa, la confusión, es la combinación perfecta para que se den abusos y se mantengan en silencio durante años (aunque creo que es una bomba que siempre acaba por explotar); no queremos oír ciertas cosas porque nos resulta horrible tan solo imaginarlas, tenemos tantos tabúes y puñetas, que preferimos vivir en la ignorancia. Pues aquí está este libro para destapar lo que tan cuidadosamente nos empeñamos por ocultar.

domingo, 8 de mayo de 2016

BON PROFIT!

Vaya domingo tristón ha amanecido por mi barrio, cargadito de nubes y lluvioso. Como Miguel se ha ido a trabajar, nosotras nos lo estamos tomando en plan hogareño. Los ratos que Juno duerme leo La conjura de los necios y pienso en qué utilidad darle a unas cajas de madera preciosísimas que he ido recopilando (no he encontrado demasiadas ideas inspiradoras, tendré que seguir investigando). 

Hoy un post ligerito, solo os quiero recomendar sitios donde hemos comido muy bien últimamente, que siempre va bien tener opciones:

AIUENO
Estuvimos de cenita familiar en este pequeño restaurante japonés de precio asequible y platitos delicosos :) Pedimos el menú degustación para probar varios de sus platillos y las ostras, todo un acierto, ¡¡qué ricas!!

El ambiente es tranquilo pese a que estaba lleno un martes por la noche (así que mejor reservar).
Aiueno
C/ Rosselló, 296
08037 
Barcelona

LA MUNDANA
Y otro día fuimos a comer a La Mundana, donde comí los mejores guisantes que he probado en mi vida (¡Guisantes! Si ni me gustan especialmente...). Me sorprendió su versión de las patatas bravas: son las dos barritas bicolor de la foto, y aluciné con su pan con mantequilla ahumada!

La Mundana
(de Sants)
C/ Vallespir, 93
08014
Barcelona




lunes, 2 de mayo de 2016

LA IMPORTANCIA DE LAS EXPERIENCIAS VITALES

Como estudiante he atravesado muchas fases distintas, y me atrevo a asegurar que las épocas en las que he sacado mejores notas han sido las más pobres a nivel de experiencias vitales. Las buenas notas están sobrevaloradas, estoy convencida de ello, yo las sufrí.

En un momento de mi vida académica necesité obtener un sobresaliente de media y fue un verdadero infierno
  • Abandoné por completo mi vida social: pasar un rato con una amiga, ir a un concierto, salir a cenar... Mis mejores amigas eran mis compañeras, con las que pasaba horas y horas haciendo trabajos y maratones de estudio. 
  • Dejé de leer cualquier cosa que no fuese obligatoria ¡y aún así no daba a basto!  Me daba miedo hasta leer el prospecto de un medicamento ¡no fuese que esa información ocupase un necesario hueco de mi memoria!
  • Hacía los trabajos obligatorios y los opcionales, me convertí en la aportadora, en una rastreator de información que pudiera ayudarme a subir nota.
  • Dejé de asistir a formaciones extras: nada de cursos, ni conferencias, ni jornadas...
  • Hice un pacto con mi sistema inmunológico y no me permití coger ni un resfriado.
  • Creo que cada día vestía igual por no perder tiempo ni en pensar qué ponerme, necesitaba llegar tan rápido a todo, por pellizcar segundillos por todas partes, que no me quité las bambas en todo ese tiempo.
  • Cocinaba exprés y mientras comía repasaba apuntes.
  • Después de cenar dejaba a Miguel viendo la tele tan a gustito y yo me encerraba en la habitación para participar en foros y debates que subían la nota de alguna asignatura.
  • Memoricé datos inútiles y sentí la presión de cada examen y de cada entrega por insignificante que pudiese parecer (Aunque tengo la suerte de no necesitar memorizar porqué tengo facilidad en eso de asociar conceptos y tirar de bagaje, creo que el tipo de evaluación, en la mayoría de los casos, obliga a ello).
  • No falté ni un solo día a clase: cuando cayó una gran nevada, hasta el punto que cortó la autopista, yo fui a clase. Llegué y no había, por supuesto, lo mío rozaba lo absurdo.
  • Los trabajos en grupo eran una pesadilla, necesitaba que todos los componentes aspirasen a la máxima nota, igual que yo. Me asignaba las partes más complicadas y me adjudicaba faena extra para llegar al objetivo.
  • Fui una tirana con mis compañeras de grupo. 
  • No disfruté apenas, dormía mal y soñaba con deberes y trabajos.
¿¡Qué más queréis?! 


Dejé de celebrar mi cumpleaños, de ir de vacaciones... 
Muy triste



Por eso, cuando oigo presumir de buenos resultados académicos a las familias de niños desde bien pequeños, pienso en el peligro que esto puede conllevar: si con todo lo anterior no tenéis suficiente, pensad en la competitividad, la necesidad de aprobación, el miedo al fracaso... y, por desgracia, tal y como funciona el sistema educativo, buenos resultados es sinónimo de hincar codos (una práctica nada saludable).

¿Y tanto sacrificio para qué? 
¿Y si no llego a lograr la meta? 

No quiero ni pensar en el nivel de frustración que hubiese supuesto... No nos engañemos, no siempre esfuerzo es equivalente a éxito, existen otras variables. Aunque está bien esforzarse por conseguir lo que nos proponemos, no me malinterpretéis por favor, y tal vez he conseguido el trabajo deseado gracias a tanto empeño, pero la verdad es que no estoy nada segura de ello... No creo que sea debido, precisamente, a ese esfuerzo concreto, sí a mi tesón general.



Y lo que sé del cierto, es que el gran aprendizaje de mi vida, lo que me ha hecho amar con locura mi profesión y querer superarme día a día, son las formaciones que he ido eligiendo libremente a lo largo del camino, y las que nunca dejaré de hacer. Mientras escribo esto y pienso en lo que me han aportado las experiencias vividas a mi manera de ser y de ver el mundo, me he acordado de una recomendación que tenía pendiente:


En primer lugar, aprovecho para mencionar que ya está el programa de la escuela de verano 2016 de Rosa Sensat, y que gira entorno al tema general del Bien común. Como siempre, ofrece formaciones específicas para las distintas etapas de Infantil (0-3 y 3-6), Primaria, Secundaria y cursos comunes. No puedo dejar de recomendar un curso que llevan a cabo dos personas a las que adoro, admiro y me encantan: Maria Rovira y David Castillo (desde que asistí a mi primera formación con David me hice fan total, y conocer a María es amarla). Son dos personas que merece la pena escuchar y de las que aprendo continuamente.

Camins d'Ítaca
Han elegido un título muy significativo para mí, puesto que Cavafis en su poema "Viaje a Itaca" recuerda que lo importante no es el destino, que es solo la excusa, lo que realmente importa es el camino y los aprendizajes que van surgiendo en su recorrido. Nunca está de más volverlo a leer:


Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, lleno de experiencias. 
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al colérico Poseidón, 
seres tales jamás hallarás en tu camino, 
si tu pensar es elevado, si selecta 
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. 
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al salvaje Poseidón encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo. 
Que muchas sean las mañanas de verano 
en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 
a puertos nunca vistos antes. 
Detente en los emporios de Fenicia 
y hazte con hermosas mercancías, 
nácar y coral, ámbar y ébano 
y toda suerte de perfumes sensuales, 
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas. 
Ve a muchas ciudades egipcias 
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente. 
Llegar allí es tu destino. 
Mas no apresures nunca el viaje. 
Mejor que dure muchos años 
y atracar, viejo ya, en la isla, 
enriquecido de cuanto ganaste en el camino 
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje. 
Sin ella no habrías emprendido el camino. 
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. 
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, 
entenderás ya qué significan las Itacas.

Maria y David lanzan la siguiente pregunta para quién la quiera recoger:
  ¿Qué nos inspira a la hora de educar? 
Nos dicen que viajarán acercándose a los cien lenguajes de los niños, pero también de los adultos, y que compartirán con nosotros aquellos libros que les han cambiado la vida, aquella música que les emociona, los fotógrafos que cautivaron sus almas, películas, bailarines, pintores... En definitiva, una buena compilación para continuar caminando. 
¡No me puede gustar más la idea!


Tengo otras recomendaciones, pero por hoy ya está bien, seguiré hablando de formación en breve :) Y espero compartir las fotos de nuestro paso por Camboya, especialmente las de Angkor, que son una preciosidad (he colado tres de ellas en esta entrada).