Hace tiempo que le doy vueltas al tema de los regalos, y más desde que Juno existe. A mí me encantan los regalos, hacerlos y recibirlos, pero es cierto que muchas veces son puro trámite y carecen de ese valor auténtico que deberían tener y que nada tiene que ver con su precio. Sobretodo en Navidad: regalar se estaba convirtiendo en una obligación, en gastar mucho dinero para recibir regalos de prácticamente el mismo valor, muchos de ellos precomprados por nosotros mismos. Un sinsentido.
Entonces me planté y dije ¡basta! Encontré la complicidad y el entendimiento por parte de algunas personas, que incluso se sintieron aliviadas y lo agradecieron, y, como no puede llover a gusto de todos, me encontré con quien no estaba nada de acuerdo.
Solo pido regalar cuando, a quien, y lo que me apetezca, y si es posible desvinculado de un valor monetario. Pero me conformo con que los regalos que hagamos y me hagan se basen en el detalle, y a ser posible, sea algo elaborado.
Así que recibir esta capa, hecha a mano, con paciencia y cariño, un día cualquiera, ha sido un regalo perfecto:
Capa de otoño y un aire caperucil muy actual
No hay nada mejor que tener una madre que cosa bien y haga realidad las ideas que te rondan la cabeza
A quien le gustan los unicornios ve unicornios por todas partes, yo veo un estampado escocés a leguas, tengo una enfermiza predilección por los cuadritos! Así que tenía muchas ganas de una capita escocesa para Juno, que a demás, me parece muy apropiada para la estación.
Contra todo pronóstico, no se la quita, parece no molestarle la capucha y le sienta la mar de bien. Creo que hay más proyectos con esta tela por ahí... ¡los espero con ansia!
Y nada más, que me moría de ganas de enseñar la capa nueva de la bolita <3 <3
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