martes, 16 de octubre de 2018

LA VALL DE NÚRIA

Hace algo más de un mes que estuvimos en la Vall de Núria, es de aquellos lugares que sueles barajar para visitar en familia si tienes niños pequeños.

Pensando en Juno, optamos por subir cogiendo el cremallera, es un tren que tiene su encanto, yo no lo disfruté demasiado y me parece que es un poco caro. Una vez allí te sientes como cuando vas de turista en un viaje organizado y te sueltan como borreguillos en un punto concreto para que inspecciones la zona: todos acabamos haciéndonos las mismas fotos, y hacer cola en plena naturaleza no deja de ser chocante. Entonces, es cuando huyes de la masa-manada y te alejas como cabrilla salvaje, pero no dejas de tener esa sensación de parque temático. 

A Juno le encantó ver al burro, las ocas, los conejos... A mí me da penilla que usemos a los animales para nuestro entretenimiento, o como atrezzo en un paraje casi idílico. ¿Se nota que no es el tipo de destino que me gusta? Será que mi concepto de belleza es más despeinado y allí todo era de un impecable abrumador. Para gustos los colores.


































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