domingo, 1 de marzo de 2015

BANGKOK EN 2 DÍAS Y 4 PINCELADAS

He tardado un poco en recuperar el hilo del viaje de este verano y continuar mostrando a modo de diario fotográfico las experiencias vividas. Nuestro último destino fue la ciudad de Mandalay (Myanmar), allí volvimos a despedirnos de Camilo y esta vez sabíamos que nuestros destinos tardarían mucho tiempo en volverse a cruzar. 

Después de unos días inolvidables en Myanmar, de habituarnos a vivir con prácticamente nada, de asalvajarnos, teníamos que abandonar el país que nos había hecho conectar con nuestro lado más primitivo para ir a una mega-ciudad donde el consumismo, el bullicio y la modernidad volvían a ser los protagonistas.

Resumen de a penas 2 días en Bangkok



En nuestra primera noche en Bangkok, capital y ciudad más poblada de Tailandia, yo me sentí como pez fuera del agua. Nos alojamos en un hotel demasiado lujoso para nuestras pintas y la ciudad parecía inabarcable....

De Tailandia habíamos oído hablar muy bien de su comida callejera, en general en Asia se come genial en los puestos de la calle, así que fuimos directos al barrio chino en busca de uno de los restaurantes más famosos: el T&K SEAFOOD, especializado en marisco (frente a éste, su competencia descarada: RUT&LEK) y después fuimos al CANTON HOUSE a probar sus dim-sum y tomar un par de batidos.






Después de la cena, fuimos caminando a un mercadillo donde la gente joven compra ropa, música, etc. Y nos sorprendió este mercado nocturno de flores, que desgraciadamente la fotografía no puede transmitir el olor y el colorido real de sus paradas.


Al día siguiente, de camino al Palacio real coincidimos con las fiestas de graduación que invadían calles y calles. Los graduados, acompañados de sus orgullosas familias, paseaban cargados de regalos.



Y como en todas las celebraciones, no pueden faltar los puestos de comida callejera que aparecen por todas partes. ¿Para qué cocinar si encuentras deliciosa comida a precios muy asequibles?



El Palacio real





El Templo Wat Pho





El Templo Wat Arun






Desplazarse por el río Chao Phraya




La ciudad desde nuestra habitación del hotel



Las últimas horas antes de coger el vuelo hacia Camboya las pasamos en un centro comercial, o en varios, porque se comunican unos con otros internamente. Allí compramos los dos pares de zapatos para Miguel y algún regalo más. Las tiendas están decoradas a cada cual más original, ropa y accesorios súper-modernos, coloridos, divertidos... y los escaparates espectaculares.







¡Adiós Bangkok!

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