Esta semana empezó negra y se ha ido aclarando poco a poco, aunque se me está haciendo eterna. Es complicado querer dejar atrás algo que aún está por llegar, algo que hay que pasar, pero dicen que la "hora más negra solo tiene 60 minutos".
Y aunque los días han sido bastante buenos, porque las trece personitas que me esperan en el aula curan todos mis males, me han faltado algunas compañeras, que casualmente están de baja, y hubiesen sido un apoyo fundamental. He pensado en lo importante que es tener a las personas que quieres cerca, y que cuando te sientes más vulnerable te das cuenta de quién te importa de verdad.
De pronto, como por arte de magia, me veo la barriga enorme. Y ahora no es precisamente el mejor momento, no sé como actuar con un cuerpo premamá cuando desconozco mi futuro más cercano. Trato de llevarlo con "mi normalidad", que ya es particular en sí misma, aún veo que en algunos aspectos no me acabo de creer esto del embarazo.
Un día de éstos me vi de refilón en el espejo y me sorprendí-asusté al verme de perfil, no soy mucho de mirarme, tal vez incluso evito mirarme... Fue como si no reconociese a la persona del reflejo.
Esta semana he estado escuchando las versiones de las canciones de Antonio Vega que otros cantantes le han dedicado con motivo del aniversario de su muerte (el 12 de mayo). He recordado sus canciones con cariño y he empezado a ver el vaso medio lleno.
Lucha de gigantes
En un mundo descomunal
siento mi fragilidad
Vaya pesadilla corriendo
Con una bestia detrás
Dime que es mentira todo
Un sueño tonto y no más
Me da miedo la enormidad
Hace un rato Miguel ha venido con la Revista Infancia del buzón, busco el sumario para ver que temas contiene, ¡me gustan! Son las pequeñas cosas que me hacen feliz.
Este fin de semana tiene lugar la Noche de los Museos, un plan genial :) ¡Feliz finde a todos!
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