Viernes 10 de agosto: visita a la pintoresca ciudad de Nikko
Madrugón y en tren hacia Nikko!
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La revista del tren nos entretuvo muchísimo ¡hay que ver qué de cosas originales ofertan! |
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En este caso no había pérdida |
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Las tiendas de las estaciones hacen que te den ganas de todo |
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¡Qué el ritmo no pare! ¿ Cuando salgas del tren ten claro hacia donde ir o la multitud te arrastrará! |
Una vez en Nikko cogimos un autobús para ahorrarnos un tramo de subida hacia la zona de los templos.
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Las fuentes están por todas partes, no te preocupes por pasar sed |
Vale la pena visitar esta ciudad por la serenidad que transmite. El itinerario no es demasiado largo aunque hay que subir muchas escaleras.
La primera parada es en el puente Shinkyo, situado en un entorno privilegiado resulta ser un regalo para la vista.
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El puente Shinkyo |
Conforme te vas adentrando en el bosque vas descubriendo (previo pago) numerosos templos perfectamente conservados.
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Templo Tôshôgû: Los tres monos sabios |
Pedir deseos, una práctica muy usual en los templos que hemos ido visitando, para colgarlos en distintos lugares.
Aprovecho para hacer un inciso, nos dio la sensación de que continuamente están rehabilitando las construcciones de madera, de modo que todo lo que vimos estaba en perfecto estado o tapado totalmente y en proceso de rehabilitación.
Comimos en un sitio que conocimos a través de algunos de los blogs consultados para planear el viaje (perdón si ahora no recuerdo cual). El pequeño local llamado Hippari-Dako, de tan solo tres mesas, estaba plagado de post-its, fotografías, billetes de distintos paises, etc.
Miguel pidió fideos ramen y yo brochetas con arroz y tallarines al curry.
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Escribiendo una nota para dejar nuestra pequeña huella |
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Nuestra nota entre dedicatorias, dibujos, billetes y tarjetas |
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Gyouza: empanadilla que puede estar rellena de carne, vegetales, etc. |
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Yakitori: pinchos de bolas de carne y de trozos de pollo |
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Fideos ramen con verduras |
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Sake frío para rematar la comida |
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La entrada, por si alguien quiere visitar este restaurante |
Al salir del restaurante vimos una pastelería donde sólo elaboraban dos tipos de pastelitos, uno de ellos el famoso Daifuku Mochi: hecho con pasta de arroz y relleno de pasta de judía roja.
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Miguel comiendo su Daifuku Mochi |
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¡Vaya tentación! Más tiendas de antigüedades |
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Prevalece aquello de que una imagen vale más que mil palabras |
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Bye bye Nikko |
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